El impuesto extraordinario a las grandes fortunas le permitió al gobierno de Alberto Fernández equilibrar las cuentas públicas. En mayo se logró un superávit fiscal de $25.714 millones. De esta manera, el sector público nacional registró un resultado primario positivo por segunda vez en lo que va del año, gracias a dos factores: por un lado los micro ajustes que lleva adelante el ministro de Economía Martín Guzmán y al fuerte incremento de la recaudación.
Si nos fijamos en el déficit secundario, el pago de intereses de deuda alcanzó los $90.332 millones y, si se suman al resultado primario, se registró un déficit financiero de $64.618 millones, un 79% menos que en mayo del año pasado. El monto de los intereses, sin embargo, se duplicó respecto a abril, cuando sumaron $45.000 millones.
Si no se tuviera en cuenta el aporte de las grandes fortunas, mayo hubiera concluido con un déficit primario de $54.520 millones y un déficit financiero de $144.852 millones. En rigor, hasta abril las cuentas acumularon un rojo primario de $80.000 millones. Luego, en mayo, ese impuesto sumó $148.505 millones, de los cuales $80.234 millones se contabilizan en dicho mes.
La recaudación del mes pasado sumó $711.304 millones y aumentó un 116% interanual impulsada por los recursos tributarios y las retenciones a las exportaciones, que crecieron en ambos casos por encima de la inflación. En el caso de las ventas externas, ayudó la suba del precio de la soja, un motor que en junio tendrá menor impacto.
En cuanto a las erogaciones, el gasto primario fue de $685.591 millones. Este número muestra una suba de 18,3% interanual, bastante por debajo de la inflación. Si nos fijamos en el rubro de las prestaciones sociales -dentro de las cuales están las jubilaciones y las asignaciones- este mostró uno de los menores crecimientos, con una suba del 10% interanual, mientras los subsidios energéticos aumentaron 53%.