Al igual que en numerosas ciudades y pueblos del país, diferentes instituciones comunitarias y organismos de Derechos Humanos evocaron el 46° aniversario de La Noche de los Lápices, uno de los sucesos más trágicos y tristes acontecidos durante la última dictadura cívico militar.
Fue precisamente el 16 de setiembre de 1976 cuando en la ciudad de La Plata los grupos de tareas de las fuerzas armada que lideraba el genocida Jorge Rafael Videla, secuestraron, torturaron y asesinaron a un grupo de alumnos de colegios secundarios a los que tildaron de subversivos por reclamar el boleto estudiantil gratuito.
En Caleta Olivia, integrantes de la agrupación docente y política “Mary Sánchez” presentaron una escenografía relacionada con aquellos dramáticos acontecimientos, a fin de que la sociedad no olvide esos sucesos y que las nuevas generaciones también contribuyan a defender la democracia.
En pleno centro, frente a la plazoleta del Gorosito, clocaron sillas cubiertas con sábanas blancas que representaban los sitios que quedaron vacíos en aulas y hogares, fotografías de seis alumnas y alumnos que aún figuran oficialmente como desaparecidos y zapatillas que reflejaban el camino que dejaron de transitar.
A un costado, instalaron una pizarra, invitando al público de todas las edades a imprimir su huella dactilar para reflejar la identidad nacional y plasmar su firma como mensaje de paz.
Una de las docentes, Karina Cárdenas, dijo que aquellos estudiantes no solo reclamaban por el boleto escolar gratuito “sino que también luchaban por recuperar la democracia, pero aquel golpe genocida las arrebató la vida” y la historia se pudo reconstruir porque algunos sobrevivieron y fueron testimonios que contribuyeron a crear la memoria colectiva como pueblo.
Resaltó además que hoy mismo es necesario mantener firme la lucha en defensa de la vida institucional democracia porque el reciente atentado que sufrió la vicepresidente de la Nación fue precisamente “un atentado a la democracia”.
“Podemos tener diferencias ideológicas, culturales o religiosas, pero constituimos una sociedad –resaltó- y por ello es necesario que nos respetemos como ciudadanos, pero nunca arrebatar la vida a otros porque ya sufrimos mucho y en el país hubo treinta mil desparecidos durante la aciaga etapa de la dictadura”.