El cetáceo que apareció en la mañana de este lunes frente al paseo costero de Caleta Olivia, es un ejemplar juvenil hembra de la especie Sei, de 10.70 metros de largo.
Su muerte no está vinculada a la marea roja, como se presumió en un primer momento, debido a la masiva mortandad de otras ballenas que se viene registrando en los golfos de la zona norte de Chubut.
Esto fue confirmado por el licenciado César Gribaudo, museólogo y especialista en fauna marina, quien esta tarde hizo una primera inspección del cadáver junto a la secretaria de Ambiente de municipio local, Silvina Sotomayor Amelung.
Gribaudo también estimó que, de acuerdo al estado de descomposición del cuerpo, la muerte data de aproximadamente dos semanas en altamar, tras lo cual el oleaje lo arrastró hasta la playa de pedregullo.
El profesional desestimó que la causa del deceso haya sido por alta toxicidad de microalgas ya que actualmente en esta zona no hay marea roja y aunque se registrara ese fenómeno, sería ínfimo en comparación a los niveles que se están detectando en zonas cercanas a Puerto Madryn.
En consecuencia evaluó que se trata de una muerte natural de una especie que cada año va incrementando su número y algunos ejemplares llegan a medir hasta 22 metros.
Por otra parte, a solicitud de la Secretaría Municipal de Medio Ambiente, del Consejo Agrario, Defensa Civil y dl CADACE (centro de interpretación de fauna marina), se solicitó al Prefectura Naval que prohíba el acercamiento de personas.
A respecto, Silvina Sotomayor que a hora temprana se vio a personas adultas que incluso llevaron niños y perros, sin medir con secuencias de los líquidos que desprende el cadáver que son contaminantes y pueda generar enfermedades.
Por ahora no se sabe si podrá ser retirado de ese lugar o bien se esperara que se vaya desintegrando por un proceso natural, acelerado por la acción del mar.