El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, advirtió que existe una “situación humanitaria extrema”, mientras continúan las “difíciles” negociaciones con Rusia.
Sigue la guerra en Ucrania. En el día 28 de conflicto, nuevos bombardeos de las fuerzas rusas golpearon este miércoles a Kiev y la sitiada ciudad portuaria de Mariupol. En el sureste del país, donde el residente Volodimir Zelenski advirtió que casi 100.000 personas permanecen atrapadas en una situación humanitaria extrema, mientras continúan las “difíciles” negociaciones con Rusia.
Después de 35 horas, la capital ucraniana abandonó este miércoles el toque de queda decretado el lunes.
Este miércoles fue también bombardeado un barrio residencial de Kiev situado a cinco kilómetros del frente, donde las autoridades no reportaron víctimas, pero sí importantes daños materiales, según la agencia de noticias AFP.
“Acababa de volver de fumar un cigarrillo afuera cuando, de golpe, ¡bum! El techo se hundió”, contó uno de los residentes de las viviendas afectadas, donde los bomberos trabajaban en extinguir las llamas.
En tanto, el Ministerio ruso de Defensa reportó algunos avances en el sureste de Ucrania y aseguró haber atacado “infraestructura militar” en todo el país.
Kiev y sus aliados, por su parte, sostienen que las tropas rusas han sufrido cuantiosas bajas, están mal equipadas y son incapaces de realizar operaciones complejas.
Por primera vez, las fuerzas ucranianas dieron señales de estar a la ofensiva, tras recuperar un poblado cercano a Kiev y atacar a las fuerzas rusas en el sur del país.
La localidad sureña de Mikolaiv, considerada como el último escudo antes de Odesa, continúa siendo siendo escenario de intensos combates, pero sus habitantes dijeron estar decididos a defenderla.