Con el fin de impulsar la escritura en los estudiantes, para que cada uno experimente el poder de la misma, su relación con los conceptos, valores y sensaciones de los individuos, se ha propuesto un Concurso en el cual, a partir de una idea, una experiencia, un hecho, una visión o simplemente una palabra derramada del pensamiento, puedan construir un entramado lleno de vida y muchas ganas de decir.
De este modo, La Prensa de Santa Cruz publica los relatos cortos de ficción realizados por alumnos de la EPJA Secundaria 21, del espacio curricular Prácticas del Lenguaje V y VI, del ciclo lectivo 3ro “A”, “B” y “C” a cargo de los docentes César Luna y Walter Luna.
Los relatos cortos de ficción son un recurso literario de gran valor didáctico y educativo, a través de los cuales se transmiten símbolos, valores, roles y principios. Mediante la convocatoria de este certamen se pretende sensibilizar sobre la importancia de los temas abordados para el desarrollo integral de las personas y la erradicación de las desigualdades. La educación es el motor de transformación social hacia un mundo más justo e igualitario.
Los resultados de dicho Concurso superaron toda expectativa. No solo para quienes lo propusimos, sino para sus propios autores que, emocionados y asombrados con lo hecho comprendieron el valor incalculable de sus historias.
En los mismos encontrarán mujeres, hombres, familias, niños, valores, lugares, elementos, verdades, diversas texturas para un desenlace que jamás fue revelado. Historias que estremecen las venas de los lectores. Estudiantes comprometidos con sus estudios y decididos a terminas su secundaria.
“La culpa de no haber sido mejor”: Por Delma Cruces – 3ro “A”
Despierto en la mañana y mi amigo Franco vino a pasear a la ciudad y quería verme, realmente no podía, tenía que organizarle una fiesta a mi pareja y es por ello que se lo explique, no tuvo mejor idea que decirme, te acompaño, es para pasar el rato.
Nos encontramos en la avenida principal, y me acompaño a hacer todas las compras, le iba contando como me estaba yendo en mi nuevo trabajo, lo bien que me encontraba con mi pareja y mi familia, y que me sentía muy feliz porque estaba aproximándome a recibirme en una Licenciatura.
A Franco le brillaban los ojos de felicidad al ver que yo iba progresando, hace mucho tiempo que no nos veíamos. Me dice en un momento – “Yo sabía que ibas a salir adelante, siempre te lo dije”- ahí por un momento, recordé viejos tiempos, en el que él fue el único amigo que me había ayudado a salir de una depresión y realmente un gran sostén porque su motivación me hizo levantar. Recordé eso y no dude en decirle – “si no fuera por vos, quien sabe que hubiera sido de mí, quizás seguiría angustiada” – nos reímos, fue muy duro ese momento que atravesamos juntos.
Seguía comentándole sobre mis progresos y mis éxitos, hasta que observé que sólo estábamos hablando de mí, entonces le pregunté cómo le estaba yendo a él que no nos veíamos hace mucho tiempo – Me comentaba que, había tenido un hijo, pero no lo podía ver por problemas con su madre, pero se encontraba muy bien, tenía un buen trabajo y trataba de distraerse con eso, volvía a mostrarme una sonrisa, transmitiéndome que estaba todo bien.
Paramos a comer algo y seguir con las compras, y además de sonreírme, me agradecía por haber compartido ese día con él, me habló de su hijo, me comentó dónde vivía y que le encantaría que algún día vaya a conocerlo, y que siempre de alguna forma íbamos a estar conectados pese a la distancia, pese a los obstáculos de la vida, que él quería verme para agradecerme por la amistad que teníamos. Me abrazó muy fuerte, ese día no lo voy a olvidar, me abrazó con mucho afecto, me miró fijo y me dijo – “siempre hacia adelante amiga, nos vemos y cuídate mucho”- Seguí con las compras, él se retiró de mi vista, y el día continuo normal, tenía la fiesta de mi novio, se me pasó por alto de no haberlo invitado a Franco, quizás lo hubiera pasado muy bien.
Durante la fiesta con mi novio, recibí una llamada de Franco, la cual no escuché, era tan alto el ruido de la música y la diversión, que no escuche la llamada. De pronto golpean la puerta, era mi madre, que estaban mis amigos en la casa porque querían decirme algo, era muy tarde, casi cinco de la mañana; no entendía lo que sucedía, pero sabía que no era algo bueno por la apariencia de mamá. Me acerco a mi hogar, estaban los amigos que teníamos en común con Franco, lloraban, no sabían cómo darme la noticia que cambiaría mi vida, se acerca mi amigo Maciel, quien me dice – “Franco se mató amiga”, “ni siquiera sabíamos que había vuelto a la ciudad”
De mis ojos no paraban de brotar lágrimas, mi corazón se desgarraba de pronto, no sabía qué respuesta darles a mis amigos. Franco me lo estuvo avisando toda esta mañana y yo prioricé más mi vida que la de él. Cómo pude ser tan insensible, cómo no me di cuenta de la intención de mi amigo. Sentía demasiada culpa. Lo pude haber evitado si lo observaba más. A veces una sonrisa reflejada en una persona no es lo que realmente refleja en su interior.
