Los acuerdos que alguna vez firmó Eduardo Costa con el peronismo nacional y el kirchnerismo local en su intento desesperado de alcanzar la gobernación contradicen la posición actual del dueño del Supermercado Hipertehuelche que niega cualquier posibilidad de alianza entre Cambia Santa Cruz y Claudio Vidal.
Corría el año 2011 y el hoy senador nacional, Eduardo Costa, se presentaba como candidato a gobernador de la provincia de Santa Cruz con las boletas de Ricardo Alfonsí, Hermes Binner y Elisa Carrió. Como si eso no le alcanzara, intentó colgarse de la fórmula de Duhalde-Das Neves para sumar votos peronistas. En su “jugada”, cerró un acuerdo en Río Gallegos con las 62 Organizaciones que por aquel entonces conducía el Momo Venegas, secretario general del gremio de peones rurales.
“Es sumamente importante haber concretado este acuerdo electoral con el Partido Fe, es un partido con corazón peronista que representa el sentimiento de los trabajadores” afirmaba Costa, durante la firma del acta antes de los “choris” y el asado de ocasión.
“Es necesario saber escuchar, es necesario respetarnos, es necesario aceptar las diferencias y a partir de las coincidencias construir las soluciones entre todos”, agregó el dirigente radical con sentimiento justicialista.
En ese acuerdo participaba el frente electoral santacruceño integrado por el radicalismo, Encuentro Ciudadano, la Coalición Cívica y el PRO, al que ahora se le sumaba el Partido Fe. De esta manera se intentaba ampliar la base representativa, a través de un Frente Amplio, que pudiera ponerle fin a la hegemonía kirchnerista.
¿Qué habrá dicho la por entonces joven correligionaria Roxana Reyes de ese acuerdo? ¿Cuántos ejes programáticos compartían el radicalismo y Venegas en ese momento?
La verdad es que no podemos saberlo, lo que sí sabemos es que Costa a lo largo de los años ha buscado de todas las maneras posible llegar a la gobernación, hasta llevando a Cristina Fernández de Kirchner como candidata a presidente de la Nación. Nada de eso le alcanzó, siempre quedó segundo o tercero, condenando al radicalismo al fracaso.
Lo que llama la atención, es que en el comunicado que hizo público la mesa de Cambia Santa Cruz la semana pasada, realizado a medida de Reyes y Costa, dicen enfáticamente que no están de acuerdo en “establecer alianzas electorales que no respeten ni respondan a dichos objetivos”. Mucha amnesia selectiva, mucha falta de respeto a los afiliados de la UCR, y de los afiliados de los otros partidos que conforman la mesa de Cambia Santa Cruz.
Son momentos importantes para la UCR local, momentos decisivos, donde lo que ocurra seguramente determine la historia de la próxima década en la provincia. Nuevamente, aparece el empresario Eduardo Costa imponiendo sus intereses y negociados, manipulando las acciones del centenario partido para perpetuarse en el poder y mantener los cargos. El presidente del Comité radical de Santa Cruz, Daniel Gardonio, hoy cumple un triste papel en esta historia, totalmente secundario y desdibujado, al servicio de Costa. Mientras, las luces iluminan a los costistas que quieren prevalecer, el ocaso se posa sobre las sombras de muchos otros radicales. ¿Cuánto le costará políticamente al intendente de Puerto San Julián esta actitud?
Se puede cambiar de opinión y de espacio en política, es normal que eso ocurra. En cada elección se ven “saltos” y “pases”, dependiendo del contexto y las necesidades históricas y partidarias que estén en juego. No hay que sorprenderse por eso, lo que sí debe llamar la atención es que si un espacio tienen la posibilidad de ganar, sus miembros elijan dividirse y perder.
Sobre los pases, recordemos al exintendente de Pico Truncado, Omar Fernández, socio de Roxana Reyes y uno de los que más la ayudó a que pueda ganar la interna de Cambia Santa Cruz en 2021. ¿Se olvida la diputada nacional que Fernández fue en su momento en la boleta del Frente para la Victoria? Ayer el ex diputado provincial Sergio Bucci lo recordó muy bien.