Se trata de un inmueble de dos plantas ubicadas en la avenida Kirchner 945 de Caleta Olivia, zona del paseo costero, propiedad de Francisco Newing, dueño de la empresa proveedora de áridos Gaucho Mix, quien al momento de ocurrir el asalto, alrededor de las 7:30 de ese lunes ya se había retirado hacia sus oficinas
Fueron cuatro los desconocidos que sorprendieron a su mujer, quien se hallaba solamente acompañada por su hijo de diez años, a la cual maniataron y bajo amenazas, la obligaron a decirles donde guardaba el dinero.

Se llevaron aproximadamente 800 mil pesos, alrededor de 1.000 dólares, dos equipos de computación, joyas, una chequera y otros elementos de valor e incluso trascendió que se apoderaron de un arma de fuego que pertenecería al empresario.
Amparados por la oscura madrugada, habrían llegado por la playa de pedregullo para evitar ser filmados por alguna cámara de video pública, aunque no se sabe si hay alguna en funcionamiento en esa zona.
Desde allí treparon un barranco de casi dos metros de altura, para luego cruzar la avenida del paseo costero e ingresar patio de una vivienda, previo saltar una reja metálica.
Tras ello golpearon la puerta de la vivienda y sorprendieron a una mujer que se hallaba solamente en compañía de su pequeño hijo de diez años. Las primeras versiones indican que al menos dos de ellos estaban armados con cuchillos y todos tenían sus rostros cubiertos.

Se presume que escaparon por la playa para luego volver a ascender a la avenida por una zona alejada al sitio del asalto y en las inmediaciones dejaron abandonadas una maza y una barreta, ambas de grandes dimensiones.
Estos elementos fueron hallados por personal de la División Criminalística y estaban embalado con cartón y cintas, no pudiéndose establecer si los policías los recubrieron de esa manera para ser sometidos a un minuciosa inspección o si bien fue un ardid de los desconocidos para evitar dejar huellas dactilares e incluso no se sabe si llegaron a utilizarlos para forzar una pequeña caja fuerte.
En tanto, efectivos de la División De Investigaciones (DDI) tendría en su poder el registro fílmico de una cámara de video particular en la cual se observa el momento que los asaltantes trepan la reja con sus rostros cubiertos.
